Amigos(as) de todo estrato social, de toda circunstancia, de toda condición, de toda parcialidad: no pretendemos fomentar una lucha social, ni violencia alguna de ningún género, pues más de 75 años de violencia fatricida nos ha de servir para anhelar la paz sobre todo ahora, cuando con métodos distintos hemos comprobado hasta la saciedad que el camino no ha de ser la guerra de guerrillas. La lucha armada que pudo haber tenido ocurrencia viable, eventualmente, por la agudización de las contradicciones de clase, por la profundización de las desigualdades sociales y de la injusticia en sus más diversas manifestaciones, ya alertó a los Estados y a los gobiernos, cuya fuerza descomunal hace muy desigual la confrontación, tornando ilusa o utópica cualquier tentativa de acceder al poder por la vía armada.
De suerte que todas esas manifestaciones épicas y heróicas que hoy tienen sepultadas miles de vidas valiosas e inocentes de soldados y guerrilleros, sólo pueden tener un destino final, un provecho inteligente y cierto: que la siembra de tanta sangre valiosa e inocente germine, crezca y florezca como vital experiencia de no repetición, pues sólo así palpita la vida con nervio soberbio y refulgente hacia parajes de dignidad, de plenitud, de paz, de solidaridad y de felicidad.
Por qué no ensayar la paz?, preguntaba don Guillermo Cano hace más de 30 años, con sabiduría, experiencia y razón, cuando aquel monstruo salvaje de ingrata recordación ponía precio, en su delirio insano, en su vesánico atrevimiento…, a esos padres cabeza de familias, llamados policías, por la simple circunstancia de llevar el pan a sus hogares, honradamente, en la noble y nunca bien ponderada misión de protegernos a todos los ciudadanos(as) de toda suerte de peligros, de delincuencia, de inseguridades.
De manera que, probado está, cómo ni la guerrilla en sus alardes heróicos, ni el terror demencial del narcotráfico, son la vía adecuada para transformar este país.
Innegable que el cuadro abigarrado de claroscuros de esta seudodemocracía, tiene sus orígenes y sus culpables, muchos de los cuales se han marchado ya, impunemente. Irrefutable que los López y los Gómez simulaban agresiones enemistosas en la plaza pública, mientras llegaban al club o a sus casas a celebrar amigablemente las ingénuas reacciones populares ante su sainete…
No más López, ni Gómez, ni Lleras (aún con coscorrón incluido – como espontánea y mínima manifestación de la forma como los amos trataban a sus siervos y esclavos-), porque ellos solo tienen vocación de mayordomos del establecimiento, incapaces de traicionar su clase de burgueses u oligarcas en favor de los pobres y desposeídos.
Cómo transformar, entonces, de verdad, este país?. Pensamos y creemos firmemente que no son los politiqueros quienes han de liberarnos de las desigualdades e injusticias que padece la mayoría de colombianos(as).
Sería un contrasentido, pues son ellos la versión renovada de nuestro verdugos: han sido ellos, los politiqueros de toda laya, de izquierda y derecha, quienes han agudizado con sus sucesivos gobiernos mediocres las contradicciones de clase y las desigualdades o injusticias que padecemos. Luego la conclusión que deviene lógica y necesaria, es que sólo una fuerza no politiquera, como el Movimiento Cívico Nacional, tiene la aptitud, la idoneidad, la legitimidad y la razón profunda para dirigir esta cruzada con el objetivo de hacer prevalecer los derechos de la gran mayoría de colombianos(as), conculcados a través de tanto tiempo. Y de cómo lograr, específicamente, tan necesaria como urgente transformación?
1º) Montando dos factorías o procesadoras de pescado en nuestros dos mares territoriales; licitaciones internacionales y régimen de concesión,
2º) Construyendo el canal interoceánico Atrato – Truandó, licitación internacional y régimen de concesión,
3º) Abriendo y sosteniendo un comedor comunitario en cada uno de los 1.104 municipios de Colombia, de manera que nadie más muera de hambre y desnutrición en este país,
4º) Cuadriculando de a 15 Has, los terrenos baldíos de la Nación, en el Yarí, en el Ariari, en Córdoba, y donde fuere necesario para dotar preferentemente a familias de vocación agropecuaria, desplazados por la violencia a las ciudades, además , con capital semilla, insumos, vías terciarias y precios de sustentación,
5º) Pacificando las ciudades, las limpiaremos de toda suerte de delincuentes, quienes irán a colonias agrícolas, a resocializarse,
6º) Construyendo 10 o más colonias agrícolas para albergar a los delincuentes condenados (y así cumplir las múltiples declaraciones de E.C.I., de la Corte Constitucional, desde 1.998, sobre hacinamiento carcelario y el Código Carcelario y Penitenciario); además: construiremos 5 o más colonias agrícolas especiales para resocializar a contraventores especiales, menores, drogadictos, gamines y maleantes. No más casa por cárcel, ni principio de oportunidad, ni delincuentes de 1º clase en instalaciones militares o de policía, ni retenidos soltados por vencimiento de términos. El juez que incurra en vencimiento de términos perderá el empleo e irá a la cárcel incurso en prevaricato por omisión,
7º)La paz será asumida y pactada dentro de los primeros 6 meses de nuestro mandato, o sobrevendrá la guerra a muerte, como en 1.813; a las buenas o a las malas, este país, por fin vivirá en paz,
8º) La deuda pública externa será pagada o servida con el producto de arrendamiento de terrenos baldíos de la Nación,
9º) Crearemos muchos empleos productivos y becas para los jóvenes entre los 18 y los 30 años,
10º) Los gastos que impliquen las reformas precedentes serán atendidos con el ahorro obtenido con la poda de la fronda burocrática, así: cierre del Congreso (por corrupto e ineficiente), eliminación de la Fiscalía (por ineficaz), de la Procuraduría (fortín politiquero ineficiente), 50 Embajadas, 80 Consulados, 32 Corporaciones Autónomas Regionales, 46 viceministros, Consejo Nacional Electoral (supérfluo ante la registraduria), etc.
Las regalías petroleras servirán, preferentemente, para completar la viabilidad económica de este que podríamos llamar, en buen romance, el decálogo de las grandes transformaciones de Colombia.
Vamos a la fija, colombianos(as): con su apoyo transformaremos a Colombia!