Por: Eduardo Fierro Manrique, ExMagistrado y ExNotario, Coordinador General del Movimiento Cívico Nacional.
Amigas y Amigos:
Comentaremos hoy el reciente viaje de cinco congresistas del auto denominado “Centro Democrático” (que en realidad es de derecha y no es democrático) a Washington, con motivo del motín ocurrido a las puertas del palacio de justicia para presionar a la Corte Suprema de Justicia para que eligiera Fiscal General de la Nación, ante la evidencia de haber sido convocada la marcha por el presidente de la República.
Entre ellos fueron los tres senadores más lambones de Uribe: Miguel Uribe Turbay, María Fernanda Cabal y Paloma Valencia.
Parece que compiten más con servilismo que con ideas, en lo que denotan inmadurez, es decir, falta de sensatez, buen juicio o prudencia.
Basta oírlos un poco, para corroborar su superficialidad, su incurrencia sistemática en lugares comunes. Nada de fondo, solo estulticia. Ningún proyecto de connotación y alcance nacionales. Solo pendejaditas como abreviar algún trámite en Cámara de Comercio o cosas por el estilo.
De manera que a falta de proyectos serios, y cuando en este país se debaten más de 13 millones de personas entre el hambre y la desnutrición, se van a viajar estos señoritos a los Estados Unidos (pero no a buscar algún auxilio de urgencia para ese calamitoso segmento poblacional) sino a llevar el chisme de que al señor Petro no se le está fraguando golpe de Estado.
Háganme el favor: en vez de estar pensando y actuando en algo serio, en algún proyecto de ley enderezado a solucionar alguno de los graves problemas que padece la nación colombiana, los flamantes congresistas pensando en mariconadas (que según el diccionario son tonterías).
Y arrogándose la vocería de “todas las expresiones de Colombia, de diferentes ideologías, …” Como por qué?. Quien les confió esa supuesta y abusiva representación?
A qué fueron estos chismosos congresistas?
Dizque a “iniciar una contraofensiva al lobby que durante los últimos veinte años ha hecho la izquierda colombiana en la comunidad internacional. Contrarrestar el relato de Petro…”
Pueden creerlo señores y señoras? a estos vagabundos les pagamos tan altos honorarios para que salgan con esas babosadas!
Que trabajo tan verraco!. Ir a Washington a desmentir el chismesito del supuesto golpe de Estado.
Qué le importa a la O.E.A., un organismo tan desprestigiado como inútil, lo que pueda ocurrir en uno de sus Estados miembros?
Qué podría hacer, aún en el evento de ser cierto?. Nada, absolutamente nada.
Y la comisión Interamericana de Derechos Humanos?. Ni una sola medida cautelar. Cuál éxito pregonan o alardean los desubicados congresistas abyectos de Uribe?
Pues los muy ingenuos fueron utilizados por su amo, para que le propiciaran un distractor a los colombianos(as) ante los cuestionamientos que se le hacen por estos días con motivo de los 25 años de la masacre del Aro (Ituango)…
Y que le va importar, por otra parte, ese asunto a la llamada “comunidad internacional”?
Que le va a importar que Petro haya viajado más a Europa que al Chocó?. Pamplinas!
El “oso” no hubiera sido tan peludo si la situación la hubiese planteado el más interesado o sea Petro, para evitar que ello ocurriera, quizás bajo la presión internacional. Pero el ridículo que estos señoritos han hecho es mayúsculo. Además, es bien sabido explicación no pedida, acusación manifiesta. Ya habíamos sabido, hace unos meses, que una de ellas había estado con Zapateiro, Gaviria, Barbosa y un par de generales más considerando la posibilidad de dar un golpe. Como dice el dicho: mataron el tigre y se asustaron con el cuero. Sobre todo cuando a los conspiretas también les hicieron amenazas….!
En síntesis: la aducida “contraofensiva diplomática” de que habla el delfincito huérfano, no pasa de ser una soberana estupidez, ya que como dice el refrán la ropa sucia se lava en casa, en este caso preservando lo poco que queda de soberanía popular.
Lo rescatable es que hemos podido corroborar, en el Movimiento Cívico Nacional, cómo lo mejor que podemos hacer es cerrar ese Congreso corrupto, costoso, ineficiente y estéril. (el cual ni siquiera hace quórum para debatir los proyectos de ley, como corresponde).