Reforma a la Salud
La salud no podrá seguir operando como deficiente servicio público, pero lucrativo negocio particular, en perjuicio de la población. El Estado, con suficientes y adecuados controles, podrá dispensar directamente oportuna e idónea atención médica, hospitalaria y farmacéutica, a partir de la correcta selección de sus servidores. Los delitos que entorpezcan este servicio público o resten calidad a este esencial servicio serán penados con severidad. Se demostrará, quiérase o no, que el Estado puede ser buen administrador.
Otro sí: Se advierte cómo 5.000 personas mueren en Colombia cada año por enfermedades respiratorias agudas causadas por el humo de la leña utilizada para cocinar. (urge subsidiar el consumo de gas propano).
Se reitera: imperativo será desvirtuar la creencia de que el Estado es mal administrador: con buena selección de personal y controles eficaces lograremos una buena atención en salud (desde luego con la colaboración honesta del cuerpo médico y de la ciudadanía en general). Y nos ahorraremos las ganancias desproporcionadas e injustificadas de las E.P.S.