Supresión de gastos suntuarios y supérfluos
- Con tantas necesidades y tal escasez de recursos, resulta poco menos que un crimen que se despilfarre recursos en “mejorar la imagen del presidente” ($3.500 millones se perdieron, por este concepto, en plena pandemia, cuando prestábamos plata para dar de comer a los más pobres, en el gobierno Duque). Su buena gestión será la mejor manera de labrarse “buena imagen” el presidente.
- Desde luego eso también es un principio corruptor (como el del Fiscal Montealegre con la Springer, por un trabajo mediocre e innecesario: le “tumbaron” al erario público más de cuatro mil millones de pesos ($4.000.000.000,oo)… y no pasó nada, señores de la Fiscalía!¡ (?)
- Todas las entidades del Estado deberán revisar su nómina y suprimir todos aquellos cargos innecesarios (por la índole de sus funciones o duplicidad en la atención de las mismas).
- Tanto gasto que demanda la “viajadera” innecesaria de funcionarios al exterior. (En este sentido la zonificación de los servicios diplomático y consular reportará ahorro importante, para atender los programas sociales, los cuales deben ser atendidos prioritariamente).
- Un despropósito vergonzoso lo constituye el hecho de que los gobiernos de Colombia, durante los últimos 25 años, contraten firmas de lobby o relaciones públicas, a un costo de 540.000 dólares (más de 2.000 millones de pesos). Es un cabildeo oneroso e innecesario.
- Los “consejos” de la Ocde salen carísimos, son innecesarios y deben suprimirse.
- La publicidad oficial deberá limitarse a lo estrictamente necesario.