Tratamiento Receptivo, Respetuoso y de Colaboración con las Empresas Colombianas
La empresa ha sido definida “como una institución socio-económica orientada a la obtención de unos objetivos, que requieren para su consecución la combinación de diversos medios, humanos, técnicos y financieros, así como su adaptación continua a un entorno cambiante……. Esto obliga a los actores empresariales a salir de su marco habitual para participar activamente en el desarrollo del sistema económico y social, interviniendo en la elaboración y control de la política estatal. El crecimiento económico cada vez depende más de la coyuntura económica vinculada a grandes magnitudes”.(“Diccionario de Sociología”, Octavio Uña Juárez y Alfredo Hernández Sánchez – Directores -, Esic editorial, Madrid, 2004, pág. 367).
Resulta clara la significación moderna de la empresa, no limitada ya a “la maximización de los recursos”, sino inserta en la estructura socio-política de cualquier Estado. Por consiguiente, su accionar informal, su liderazgo, son aspectos de reconocida importancia en el marco de la interacción institucional y humana. Cómo desconocer, pues, su importancia?
La misma constitución política de Colombia preceptúa: “La empresa, como base del desarrollo, tiene una función social que implica obligaciones”. (Art. 333, inc. 3º).
Y, en el Art. siguiente, consagra que “La dirección general de la economía estará a cargo del Estado”. (id, inc. 1º).
Desde luego que mucho tienen por aportar las empresas en el marco del empleo y el desarrollo, así como también en el diseño de políticas públicas que mejor convengan a la población en general. Pero siendo, como indudablemente es, importante la interlocución con ellas, no deviene de ahí aceptación alguna de sus pretensiones impositivas o deterministas, menos a través de presiones indebidas que lindan con el pánico económico o con el chantaje. Positivo escuchar a los dirigentes empresariales, sin olvidar su representatividad, su importancia y sus objetivos primordiales (no siempre coincidentes con el bienestar general).
Es así como recientemente los gremios, ante el preocupante panorama de desaceleración de la economía y la ausencia de medidas contracíclicas, resolvieron plantear al gobierno 11 estrategias para impulsar la reactivación:
- Sector de la construcción (encadena más de 30 sectores); faltan los subsidios del programa “Mi casa ya”.
- Para el 2024 se requieren 72.000 subsidios, pero el gobierno solo suministrará 50.000.
- Se requiere más recursos para Findeter y el Fondo Nacional del Ahorro.
- Acelerar la aprobación de nuevos proyectos APP ya estructurados: falta abrir sus licitaciones.
- Ejecución de obra pública (concretar y precisar con urgencia su inversión).
- Asegurar la oferta de energía.
- Nuevos incentivos tributarios con enfoque en proyectos de energías limpías.
- Insisten en la exploración de hidrocarburos.
- Impulso de gas mediante la flexibilización regulatoria.
- Devolver el IVA del 5% a los tiquetes aéreos para estimular el turismo y tener un IVA diferencial para el alojamiento (para hogares que han dejado de viajar).
- Recuperación de exportación.
Igualmente resulta importante que los empresarios del país, por conducto de la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI), crearon su propia bolsa de empleo: “más empleo”, con la cual contribuyen a solucionar uno de los problemas más graves que tiene el país, cual es el del desempleo y la informalidad.
En está plataforma web (www.masempleoandi.com.co) se ofrecerá más de medio millón de vacantes registradas (por las 1.500 empresas afiliadas a la Asociación).
Magnificas iniciativas de los gremios y del presidente de la Andi Bruce Mac Mater, quien ha publicado su obra “Los Continentes Resignados” en la cual afirma –con sobrada razón – que “En la agenda de los políticos debe estar el desarrollo”.