Quien lo creyera, pero no existe criterio uniforme al respecto: para la Corte Constitucional, quienes se encuentran entre los 18 y los 28 años; para la Organización Mundial de la Salud y la ONU, las personas entre los 15 y los 24 años; la Ley 1622 de 2013, denominada “Estatuto de la Ciudadanía Juvenil”, consideró jóvenes a quienes se encuentran ente los 14 y los 28 años.
Por: Eduardo Fierro Manrique – Exmagistrado, notario y coordinador general del Movimiento Cívico Nacional
No hay duda que los jóvenes constituyen el futuro del país. De ahí su gran importancia.
Bueno, pero a quiénes se considera jóvenes?.
Sea como fuere, es lo cierto que la juventud – etapa de la vida entre la adolescencia y la adultez – es impertérrita, valerosa, rebelde, irreflexiva, quizás. Bien se ha dicho que sin juventud no habría héroes. Pero con ella habrá siempre luz, cambios, vigor, creatividad, entusiasmo, esperanza y libertad.
También se afirma cómo la juventud es la mejor época para aprender…. y cómo se constituye así en motor impulsor de cambio y progreso en cualquier sociedad, fuerza vital para transformar la realidad y para construir un mejor porvenir.
Todas estas características y condiciones hacen que la juventud merezca lo mejor. Aún que la protejamos de leyes mal intencionadas, como las expedidas por la politiquería con fines aviesos y proclives: ocurre que como desde hace algunos lustros experimentan la disminución de sus clientelas (refleja en la creciente abstención electoral cansados como están de tanto engaño, promesas incumplidas, y la situación general cada vez peor), creyeron los muy ladinos – con la complicidad de la O.E.A. – que podrían utilizar a los jóvenes, anticipándoles la ciudadanía pero sólo para efectos electorales. Ese “país político”, del que hablara Gaitán para referirse a los politiqueros al servicio de la oligarquía, tuvo temor de anticipar a la juventud la ciudadanía plena, quizás advirtiendo con Bolivar que “la juventud que no es rebelde es una juventud enferma”, y por consiguiente que su interesado experimento podría tener efecto boomerang.
Entonces prefirieron limitarla a fines políticos, para ir domeñándola, aconductándola o “preparándola” para sus mezquinas actividades politiqueras.
Pero lo juventud no es tonta, sino muy inteligente, y por eso repudiaron ese engañoso y maquiavélico ofrecimiento en un 90%, cuando a elecciones fueron llamados esos nuevos y restringidos ciudadanos (el 5 de diciembre de 2021).
Lo cual significa que a los politiqueros “el tiro les salió mal”, como dice en el vallenato, porque los jóvenes, en su gran mayoría, no se comieron ese cuento, ni siquiera por el señuelo de pagarles honorarios por las sesiones de sus consejos.
Es una forma tramposa, descarda y cínica como los politiqueros pretendieron utilizar a los jóvenes (en realidad adolescentes de 14 a 18 años, más impresionables, sugestionables y maleables).
Así quedó plasmada la verdadera intención de los politiqueros, para que no se piense que estamos suponiendo: dice claramente la Ley 1885 de 2018: “su vinculación y participación activa en la vida nacional, en lo social, lo económico y lo político como joven y ciudadano”.
La O.E.A., uno de los obsoletos e inútiles organismos internacionales, fue más descarada al reconocer que se trataba de “cautivar” a los jóvenes, si bien con el falaz argumento de “promover la igualdad, el desarrollo integral, la seguridad hemisférica, y la gobernabilidad democrática”.
Entendible, de todas maneras, el fallido intento de los politiqueros, ya que los jóvenes son un importante segmento poblacional de 12´500.000 personas….. a las que también pretendieron tentar los politiqueros con Ley 1780 de 2016, dizque promoviendo la creación de nuevas empresas jóvenes!
Más honesto hubiese sido preocuparse por la salud mental de nuestros adolescentes y jóvenes: pues algunos reportan episodios de soledad, falta de comunicación y de aprecio, depresión, de manera que entre los 12 y los 18 años algunos asumen conductas autólesivas, o suicidios. Se requieren políticas claras de salud mental, de carácter preventivo.
Para destacar, que la Corte Constitucional mediante sentencia C- 862/12 declaró inexequibles los artículos referentes en la “Unidad Administrativa Especial de las Juventudes”, privando así a los politiqueros de recursos y poder burocrático.
Devienen de las observaciones precedentes, que los jóvenes desconfían del gobierno, del Congreso y de los partidos políticos, como quedó establecido en reciente encuesta de juventudes de la Agencia de Estado Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Universidad Javeriana, 2023 (aplicada a 5.465 jóvenes entre 14 y 28 años). Allí expresaron su deseo de participar en política, pero advirtiendo que no creen en las instituciones.
En efecto, en relación con participación política expresaron su mayor confianza por las instituciones educativas (56%), Iglesias (35%), ICBF (28%), Fuerzas Militares (28%), empresarios y policía (22%); y su mayor desconfianza por los partidos políticos (7%), Congreso de la República (11%), gobierno nacional (11%), gobierno local (11%), sindicatos (11%).
Llama la atención que la tercera parte de los jóvenes encuestados reconoce estar afectado por algún trastorno psicoafectivo, como ansiedad o depresión. Y que el 12% de los encuestados manifiesta haber tenido deseos de quitarse la vida (el 56% no ha buscado ayuda).
Las diferentes violencias están afectando a nuestros jóvenes, especialmente la psicológica y la emocional, con una incidencia de un 15%, seguida del maltrato físico (8%), la económica (6%), el abandono (6%) y el acoso laboral (5%).
Por todo lo anterior hemos de concluir que la juventud merece lo mejor¸ y, además, que los gobiernos deben preocuparse más por este importante segmento poblacional.